21/11/2018 | 21 de noviembre de 2018
La Comisión de Derecho y Relaciones Internacionales del Colegio, que preside la Dra. Sylvia Maureen Williams, organizó esta Mesa Redonda el 21 de noviembre de 2018 continuando una práctica hoy en crecimiento en el ámbito académico que implica incluir, entre sus expositores, a dos destacados investigadores en formación. Son ellos Luis Eduardo Esquivel, integrante de la Comisión de Jóvenes del Colegio, dedicado al Derecho Internacional Público, y María Verónica La Roca, especialista en Derecho Internacional Privado e Integración y docente en las Universidades de Belgrano y Buenos Aires.
1. El Nuevo Protocolo de Cooperación y Facilitación de Inversiones Intra MERCOSUR.
Dr. Luis F. Castillo Argañarás
Mediante Decisión 3/2017 del Consejo Mercado Común se adoptó el Protocolo de Cooperación y Facilitación de las Inversiones Intra MERCOSUR en el marco del Foro Económico Mundial celebrado en Buenos Aires el 7 de Abril de 2017. Este nuevo instrumento jurídico (aún no vigente) fue negociado en el ámbito del Subgrupo de Trabajo N° 12 sobre Inversiones del MERCOSUR. Quedan atrás el Protocolo de Colonia para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones en el MERCOSUR y el Protocolo de Buenos Aires sobre Promoción y Protección de Inversiones Provenientes de Estados No Partes del MERCOSUR que nunca entraron en vigor.
El Protocolo, adoptado en el año 2017, se basa en la iniciativa brasileña y sigue, en gran medida, el esquema de los Acuerdos de Cooperación y Facilitación de las Inversiones que firmó Brasil con los Estados donde las corporaciones brasileñas invierten de manera regular, como ser Mozambique, Angola, México y Malaui entre otras.
Deja de lado el tradicional modelo de Protección de las inversiones con los clásicos estándares. Resguarda las inversiones directas y excluye las indirectas. En sus objetivos figura “…Promover la cooperación entre los Estados Partes con el fin de facilitar la inversión directa que viabilice el desarrollo sustentable de los Estados Partes” (Art. 1) en consonancia con su Preámbulo que señala “reconociendo el papel fundamental de la inversión en la promoción del desarrollo sustentable”.
El nuevo Protocolo protege la no discriminación (Art. 5); y expropiaciones directas, excluyendo expresamente las indirectas (Art. 6). Los Estados no pueden realizar expropiaciones salvo por utilidad pública, interés público o interés social; de forma no discriminatoria y de conformidad con el debido proceso legal. La indemnización debe ser pagada “sin demoras indebidas”, de conformidad con el ordenamiento jurídico del Estado anfitrión, ser equivalente al valor justo de mercado de la inversión expropiada inmediatamente antes de la expropiación efectiva o antes que la inminencia de la misma fuera de conocimiento público, lo que suceda primero (fecha de la expropiación), ser pagable y libremente transferible (Art. 6) Los Estados Partes cooperarán para mejorar el conocimiento de sus respectivas legislaciones nacionales sobre expropiación (Art. 6 Inc. 4).
Incluye normas de Responsabilidad Social Empresaria (Art. 13).
Se permite la libre transferencia de fondos relacionados con la inversión realizada en su territorio por un inversionista de otro Estado Parte (Art. 9).
Deja de lado el modelo inversor – Estado como solución de controversias enfocado en el CIADI como tribunal arbitral y apunta hacia un nuevo mecanismo en el marco de la Comisión encargada de la aplicación y ejecución del Protocolo. En el caso de fracasar el procedimiento ante la Comisión proceden los mecanismos para solución de controversias previstos en el MERCOSUR (Art. 23 y ss.).
El nuevo Protocolo tiene como eje central la cooperación entre Estados buscando instaurar reglas para las inversiones a nivel multilateral y procura prevenir controversias. Será la voluntad política de los Estados que definirá su entrada definirá su entrada en
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2. La crisis del agua potable en los nuevos escenarios
Dra. Maureen Williams
En un marco donde ponemos el acento en la cooperación, las inversiones en la región y recientes estrategias para facilitarlas, y la importancia de crear conciencia sobre nuevos logros tecnológicos y nuevas amenazas, haré breve referencia a la crisis del agua potable en el mundo y medidas utilizadas para moderarla. Me basaré en la información proporcionada por el ‘2030 Water Resources Group’ (Grupo de Recursos Hídricos), compañía mixta vinculada a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que hace poco expresara que las medidas aplicadas por algunos países ante la crisis del agua potable estaban permitiendo, gradualmente, que la demanda del valioso recurso fuera consistente con la oferta asegurando, de esta manera, su administración y distribución equilibrada en el largo plazo.
El tema se debatía ya a fines del siglo pasado pero fue recién en 1997, en la etapa de prueba del conflicto del río Danubio entre Eslovaquia y Hungría decidido por la Corte Internacional de Justicia, que la comunidad internacional empezó a tener conciencia clara de sus dimensiones.
Así, a principios de 2018 en Ciudad del Cabo, los medios anunciaban la proximidad de una seria crisis de falta de agua potable y la entrada, según lo anticipaban, en un DíA CERO a ocurrir en abril del presente año. Se pronosticaba que en 2050 un 66% de la población mundial residente en áreas urbanas enfrentaría un sistema de ´racionamiento del agua’ y la necesidad de diseñar estrategias específicas para su administración y consumo.
Vayamos a algunas cifras. Es sabido que el 71% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua, de la cual sólo un 2% es accesible por ser potable. Y debe tenerse en cuenta que además de la población urbana la agricultura, la industria y el turismo requieren más agua de la que los municipios locales pueden proveer. En los escenarios globales un 70% se utiliza en agricultura y, áreas mejor irrigadas, puede llegar a un 90%.
Ciudad del Cabo, sin duda una ‘ciudad sedienta’ en estos momentos, tiene hoy casi cuatro millones de habitantes y viene de soportar tres años de sequía extrema puesto que las lluvias invernales casi no existieron. A fines de 2017 los reservorios no se llenaban más allá de un 37 % lo cual era trágico ya que, 4 años antes, estaban casi siempre totalmente llenos. Ante el desolador panorama se redujo a casi la mitad el consumo de agua potable y un mes más tarde se estableció un límite de 50 litros de agua por habitante por día (lo que significaba, aproximadamente, una ducha de 5 minutos o media carga de agua en un lavarropas lleno).
Otra medida en Ciudad del Cabo fue restringir el uso de agua potable en jardines y reducir la presión del agua, lo cual permitía su ahorro. Se elevaron las tarifas e instalaron medidores de especial precisión en todas las viviendas. O sea, nada totalmente nuevo. Lo que más ayudó al éxito de estas iniciativas fueron las campañas de concientización de la población unido al empleo de las tecnologías espaciales avanzadas que, a su vez, crecían y se utilizaban cada vez más, ayudando así a disminuir su costo.
El resultado fue que en mayo de 2018 el consumo de agua potable se redujo a menos de 500 millones de litros por día, cifra cercana a la que aspiraba la autoridad local. Como resultado de las medidas tomadas el DíA CERO, anunciado en enero para ocurrir en abril de 2018, pudo correrse hoy al año 2019.
La campaña de Ciudad del Cabo durante estos meses fue una de las más rigurosas en la historia de la ciudad en materia de consumo. Y la población, en buena medida, apoyaba y actuaba en el convencimiento de que si bien en tiempos normales el costo del agua es bajo, el costo de la falta de agua requiere estrategias e inversiones significativas.
En la Argentina, haré referencia a la misión Aquarius, iniciada el 11 de junio de 2011, y que constituye un modelo de cooperación internacional. Colaboraron Brasil, Canadá, Italia y Estados Unidos y cuyo principal objetivo consistió en medir la salinidad de mares y océanos con miras a una futura potabilización del agua salada. Se obtuvieron mediciones y cifras desconocidas hasta ahora, lo cual permitió conocer la medida del problema. Y, como es sabido, cuando un problema se puede medir, las soluciones se facilitan. Mencionaré, asimismo, la Misión SAOCOM 2018, un proyecto bipartito protagonizado por Argentina e Italia cuyo principal objetivo es la anticipación de desastres naturales con una precisión casi perfecta, lo que a la vez ayudará a avanzar en la resolución de la crisis del agua potable. El SAOCOM 1 A, primer satélite de la sección argentina en este proyecto, fue lanzado el 8 de octubre de 2018. En total son 8 satélites, cuatro por cada país, divididos en dos constelaciones argentinas y dos italianas.
3. La alianza del Pacífico (Parte 1)
Dr Luis Eduardo Esquivel
En primer lugar se desarrolló el contexto global y regional en el que nació la Alianza del Pacífico: reconfiguración del orden global construido al final de la Segunda Guerra Mundial del Atlántico al Pacífico, el surgimiento de nuevos actores (principalmente en el Asia-Pacífico), la creación de nuevos organismos de integración regional (TPP, ASEAN, etc), y la crisis de las instituciones tradicionales (BREXIT-UE, etc.). En América Latina se observan dos tendencias: el proteccionismo que vs el libre comercio en un contexto de ‘spaghetti bowl’.
La Alianza del Pacífico, como mecanismo de integración regional de México, Perú, Colombia y Chile, nace como un modelo de integración novedoso, al tener una mirada hacía el Pacífico y con pocas ambiciones: promueve el respeto a la democracia, división de poderes y Derechos Humanos, pero mantiene su foco en fomentar el libre comercio: desarrollar una zona de libre comercio que permita la libre circulación de personas, capitales, servicios y bienes. Presenta una baja institucionalización y un cuerpo normativo reducido, lo que conduce a una ventaja competitiva sobre otros organismos (y por ello lo vuelve atractivo para otros países): permite la actuación en bloque en negociaciones internacionales, pero no lo torna obligatorio, lo que impide que el bloque se convierta en un problema para la estrategia diplomática de cada Estado miembros.
A futuro la Alianza del Pacífico se asoma como un posible actor importante que puede ser parte de los “RULE MAKERS” del comercio global. Esto se debe a que se prevé el ingreso de otros miembros: Canadá, Singapur, Australia, y Nueva Zelanda, por lo que dejaría de ser un organismo de integración americano y lo obligaría a modificar su funcionamiento y perspectiva. Finalmente, se puede apreciar que sus bajas ambiciones y flexibilidad han convertido a este organismo en un caso exitoso de integración económica regional, con medidas concretas adoptadas, como la apertura de una Embajada conjunta en el territorio africano.
3. La alianza del Pacífico (Parte 2)
Dra. María Verónica La Roca
Dentro del estado actual de la Alianza del Pacífico (AP) y las perspectivas a futuro, se pueden destacar tres puntos importantes: 1) el contexto global actual que favorece a la AP; 2) las relaciones AP – Mercosur; y 3) la Visión Estratégica 2030.
En cuanto al primer punto, que trata sobre el contexto actual, es dable mencionar al proteccionismo impulsado por Donald Trump, entre otros. Proteccionismo que para muchos especialistas representa una amenaza para la AP, la cual tiene características totalmente opuestas, pero según otros implica una oportunidad de crecimiento para el proceso en cuestión. Por otro lado, la guerra comercial entre China y Estados Unidos desatada este año también se puede ver como una ventaja para los países de la AP. Por último, influye también el estancamiento que marcó durante años la dinámica del Mercosur y obligó a sus miembros a ver hacia afuera. Situación que se cristaliza con el giro a la derecha que dieron los gobiernos argentino y brasileño.
Respecto al segundo punto, sobre las relaciones AP – Mercosur, es interesante resaltar la esperanza que existe acerca de la convergencia de estos procesos tan disímiles como aparentemente compatibles. Combinados, representan más del 80% de la población de la región y el 90% o más de su PBI, lo que genera una vía prometedora. En abril de 2017 se llevó a cabo en Bueno Aires la Primer Reunión Ministerial. Entre los compromisos resultantes del encuentro, se destacan el establecimiento de una Hoja de Ruta para que se reúnan de forma periódica el Grupo de Alto Nivel de la AP y el Grupo Mercado Común del bloque del Mercosur a los fines de establecer líneas de trabajo que faciliten el comercio y la cooperación aduanera, entre otras cuestiones. Además, en julio de este año se firmó la Declaración entre los Estados Partes del Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico (AP) y los Estados Partes del Mercosur signatarios del Tratado de Asunción, donde adoptaron un plan de acción con el fin de complementar y ampliar la mencionada Hoja de Ruta existente.
El tercer y último punto, referido a la Visión estratégica 2030, se refiere a que la Alianza del Pacífico busca enfocar sus trabajos en cuatro ejes que permitirían alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas en 2030: 1) más integrada, duplicando el comercio intra-zona e impulsando la apertura comercial, entre otras medidas; 2) más global, incrementando acuerdos comerciales y de cooperación con países y bloques; 3) más conectada, ayudando a que los ciudadanos y empresas estén conectados digitalmente, teniendo acceso a toda la información disponible y a una mayor comunicación; y 4) más ciudadana, proveyendo oportunidades laborales, académicas, culturales y de negocios a los ciudadanos.
El expresidente de la Comisión de Derecho y Relaciones Internacionales, Dr. Eduardo Gregorini Clusellas, presente en este evento, recordó la incorporación, en esta misma sede del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, del expresidente Dr. Arturo Frondizi a la Academia Interamericana de Derecho Internacional y Comparado. En esa ocasión, al hacer la presentación del recipiendario el Dr. Gregorini Clusellas aludió, entre otros aspectos, a las posibilidades que ofrecían el Tratado de Asunción y el Acuerdo del Mercosur. El Dr. Frondizi, que trató el tema de la inserción de Argentina en la realidad internacional del momento, expresó entonces con firmeza que era condición "sine qua non" para nuestro país la existencia de un nivel de desarrollo equiparable al de Brasil como socio mayor del Mercosur pues de lo contrario las ventajas relativas del Acuerdo serían solamente para el país con mayor grado de desarrollo. El Dr. Gregorini Clusellas agregó que al elaborar un dictamen jurídico para una empresa transnacional en 2017 verificó el acierto del vaticinio hecho años atrás por quien fuera presidente de los argentinos.
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